Una vez me contaron la historia de una chica que le temía a la oscuridad,
no a la falta de luz propiamente, sino a lo que habita en ese mundo desconocido, que se escapa del sentido de la vista, donde todo lo que puedas imaginar,
puede ser real.
Adri se encontraba en el parque Camba Cua con una amiga, acompañada, pero casi sola.
En ese instante perdido en los recuerdos que decidieron ponerse de pie para marcharse,
casi como un chiste de Dios, todas las luces de la ciudad se apagaron,
y Corrientes quedo en las penumbras absolutas, casi eternas...
Oscuridad total, solo opacada amplia mente por la belleza.
Entonces Adri, entendió, lo único que habita allí, en la mas oscura noche, son las estrellas.
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