Padre Techno

Los sueños imposibles pronuncian mal el inglés

yo soy el que le robó el flow al pibito ese y al que mearon desde una estrella Pero lejos de espantarme de la lluvia dorada Abrí la boca par...

miércoles, 15 de marzo de 2017

Venderia mi alma pero ya tengo lo que quiero


Este viento envasado embotellado 
es como una jaula de aire
me enjuicia dulcemente con cada jalada
me cobra el precio por respirar a mano alzada
me engatusa o mariposonea
me engalzama los nudillos y las falangetas.

Esta manija que no se quita 
esta máscara de piel suave
me apaga los ojos
me privatiza el contacto visual.
Y sin embargo otras veces
me quedo esperando una erupción de placeres
para hacer de la fusión de nuestros ombligos
una fiesta con after incluido
encerrados venusafrodea garchando como animales
en mi Valhalla de sabanas de circo
del loco que se volvió mundo.

Que insulsa sensación de vació
casi con desprecio la voy reconociendo 
como cuando se suicidan los espejos
como la fiera de todas las fieras
acecha agazapado el lobo estepario
pero no surge
jamás ha surgido
ni se ha asomado.

"Lo que pudo haber sido 
pertenece a una abstracción
del mundo de la especulación"
Por otra parte lo que fue, 
es lo único que podía ser:
una expresión humilde de lo absurda que es la realidad.
Y aún teniendo que reciclar todos nuestros sueños no soñados 
todas las cosas que nunca pasaron,
la vida no deja de ser la mejor de todas las fantasías.

A veces basta con sacarse de los ojos las pajas 
y dejar de hacerse las lágrimas
y por un instante abandonar la lógica para creer
que la realidad
es en realidad
la más sincera
fantasía
la única que nos da espacio en el teatro de los sueños
para la empresa colosal del espíritu
para ser la estrella del ballet de tu alma.










domingo, 5 de marzo de 2017

Corte vikingo

Las normas (nornir) fijan el destino y sus decisiones resultan irrevocables. Quizás fueran muy numerosas en el pasado, pero en época escandinava (cuando son fijados los poemas y relatos) son tres principales: Urðr "Lo que ha ocurrido", Verðandi "lo que esta ocurriendo" y Skuld "lo que debería suceder", residen en las raíces de Yggdrasill ellas hilan el destino de los hombres y en especial, con hilo de oro, el de los héroes.

Hoy se respiran buenas nuevas que renuevan las sensaciones amontonadas de cosas que al final nunca pasan. Tarde de domingo nublada refresca el espacio entre lo que ahora hay y lo que quedaba, como mi gata Venecia con su vibrante presencia color sombra (pintaría mi alma para que haga juego con sus ojos, son los mas oscuros que he visto).

Toda mi vida me sentí presa del sentimiento de hartazgo o desesperación cuando algo esta sucediendo y parece durar para siempre, las horas no pasan los relojes están de huelga y todo es lento y espeso, los segundos se estiran como chicles y yo estoy inmerso en este paréntesis del tiempo. Sin embargo (y sospecho que no soy el único) cuando lo recuerdo, siempre parece que todo se paso volando, deliberadamente rápido, como un parpadeo o el sonido que hace un gato al moverse, la percepción nos engaña y nosotros tontos, queremos creer en la magia del momento.
No es que no lo disfrute cuando esta sucediendo, en realidad siempre trato de exprimir al máximo cada instante. Pero tampoco es tan fácil soltarse y let-it-go let-it-happen que fluya. Sin embargo he podido confeccionar una lista de pasos para dejarse ir y aceptar lo que ahora toca (no tiene un orden especifico es más una serie de sugerencias)

-Respirar y ser consciente de la respiración.
-Cerrar los ojos y permanecer así un rato.
-Abrazar a tus amigos y de ser necesario volver a cerrar los ojos.
-Agradecer en silencio-secreto al santo de turno o al mismo Odin por estar vivo y rodeado de la gente que te quiere.
-Sentir una cierta ternura por uno mismo cuando te hacías problemones por cosas que ahora sabes resultaron ser una pavada.
-Aceptar que la gente viene por temporadas a nuestra vida para enseñarnos lo que ahora nos toca saber.
-Entender que lo que fue, es lo único que podía ser.
-Si es posible, bailar desenfrenadamente de 6 a 10 horas.

Y desafiando el horizonte sin brújula ni timón, a puro remo corte-vikingo por mis venas va mi corazón granada luciendo sus tatuajes-cicatrices del pasado salvaje, de los te-quiero-como-amigo o de los no te quiero querer, o te quiero pero no conmigo; en pos de mis sueños y no me mufo por contarlo. Es más, sonrió cuando me brillan los ojos mientras imagino lo que puedo llegar a hacer. Entonces se me enciende la vida y activo todos los planes maestros como el astrólogo de los siete locos pero menos cínico y más ambicioso, mi empresa de hormigas escala con pasos de gigante y los dioses me sonríen, hoy voy solo pero el desastre ya paso y eso que parecía la muerte al final no fue tan heavy, tarde o temprano sigo vivo (insoportablemente vivo) y bien acompañado (por las dudas). Sigo acá, tropezando y caminando hacia una utopía que se aleja el doble de pasos que doy; pero Galeano ya me lo contó: 

"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar"