Vuelvo a perder el turno deseando que alcance con solo ignorar el tiempo, estoy seguro que soy un kamikaze, pero voy a inmolarme lento, saboreando cada instante de la caída, llorando a gritos con los ojos secos, quiero dar lecciones para ahogarse, quiero despedazarme con agujas y arrancarme uno a uno los pelitos de la cara, necesito cortarme las manos hasta los codos y morderme la lengua antes de pensar en volver a hablarte. Aún así todas mis poesías son para la misma persona y con orgullo se que no es suficiente, soy un loco tirando cascotes a la nada, deseando arreglar las cosas sin usar las manos (con muñones tendría la excusa de ser un manco) tranzando cordura por gramos de esperanza, mirando el cielo hasta volverme ciego, cada nueva decisión nunca duele menos, y desde siempre lo aprendo por mi cuero, llevo bien guardado cada uno de mis recuerdos, cuando todo se apaga me aferró a eso.
Vivo insolado, el baño de mi mente está inundado, quisiera decir que cada vez que he caído me he levantado.
quisiera creer que cada error me ha enseñado
quiero dar lecciones para ahogarse, hacerlo accesible incluso a los más prodigiosos nadadores; dar un tour guiado por las profundidades y hacer un minuto de silencio en el hueco donde fui arrastrado por mis propios sentimientos. los kilometros de presión no pesan tanto cuando la ignorancia me protege, abrazo la oscuridad con miedo de los espejos y de lo que no puedo ver pero siempre me mira, quisiera tener una buena rima, o una frase que me salve, pero yo, que nunca aprendí a nadar, nada puedo hacer y me ahogo en un mar donde todos hacen pie.
