Padre Techno

Los sueños imposibles pronuncian mal el inglés

yo soy el que le robó el flow al pibito ese y al que mearon desde una estrella Pero lejos de espantarme de la lluvia dorada Abrí la boca par...

martes, 18 de abril de 2017

Padre Techno


Es bastante intranquilizador (sin duda) comprobar que no existe un solo metro cuadrado sobre la superficie en los reinos del Dios Techno que no tenga por lo menos un manija.
Hay manijas que nunca se rescatan, a lo sumo si ya la embarraron muchas veces, algunos pueden llegar a hacer una pausa (prometedora por momentos) pero al final vuelven a caer en la tentación, y si ya los conocemos, sabemos la catástrofe que esta por suceder. Es más inteligente alejarse unos cuantos pasos y abrir el paraguas para no vernos afectados por los residuos de su explosión. Hay personas que tienen como un síndrome de agujero negro y te van a chupar hasta el alma, si no sos vos él que corte de una buena vez hasta el último racimo de ese vinculo.

Por suerte, existen para el equilibrio del universo, personas que son como un trago de agua fría a las siete de la mañana y contentan el ambiente con su presencia, no suelen resaltar mucho pero son los amigos que quiero tener en mi equipo. Porque se la bancan hasta el minuto noventa y nunca dejan de correr ni dan la noche por perdida, la verdad me siento muy afortunado de encontrar personas que entienden y lo sienten como yo. No hay que confundirse, aquellos que van solamente para estar ultra-drogados-re-pasados para no entender nada ni la música y "solo así pueden bailar" son los verdaderos caretas.

Fue este y no otro el motivo de que me encuentre tan acomodado en teatro de los sueños (entrada solo para locos) donde la cordura se guarda junto a los abrigos y los lentes negros nos protegen de las miradas pasadas que invaden el espacio personal. 

Padre techno que estas en el infierno santificado sea tu 126 bpm y el aire caliente que se respira en el club donde todas las pieles son suaves, todos los contactos transgresores y no se puede hablar mas que para decir lo fundamental "si quiero, si tengo, vamos al baño".

Mi sentido favorito es el tacto porque me gusta la vida vivida y gastada, no quiero una muñeca conservada esplendida en su caja de marca que nunca salio ni al kiosco de la vuelta. Mi sentido favorito es el tacto porque me gustan los raspones que son como el hermano hardcore de las caricias que invaden las primeras horas del ritual, cuando los manijas te chocan y empujan para acomodarse y apretujarse, todos están empezando algo que tipo seis de la mañana se realiza. Entonces ya nadie colisiona o empuja, en realidad te corren suavemente como pidiendo permiso con los dedos porque para esa hora, todos estamos en la misma.

Y en el patio de afuera de Crobar, ¡ILUMINACIÓN! de parte de las estrellas o de las luces incendia pupilas. Benditos sean aquellos desconocidos que nos tiran pequeños salvavidas de agua mientras las chicas se sacan las palabras en los baños para arrojárselos como ofrenda a las doncellas guerreras que si no corren vuelan; y te miran de reojo si te ven medio pasado y no dudan jamas si pinta un todo mal porque siempre tienen estrategias para todo.

Y el post es como una tristeza parecida a la de un par de medias tiradas en un rincón mientras dios en el fondo de la pieza (reencarnado en un gato) aspira las malas ondas y purifica lento pero seguro todos los residuos que quedaron pegados-quemados en el fondo de la olla que seis horas antes hervía pueril y sana de manija (existen otras ocasiones en donde ni el ejercito más grande de gatos de la galaxia basta conscientemente sigo tirado en el umbral, hasta que me barran junto a la basura).

Ahora bien, las mujeres del ambiente son otro tema aparte, hay algunas que, ingenuas confunden el mambo y vienen sin otra intención que figurar pasando más tiempo en el baño que en otro lugar. También hay otras que recorren con tal gracia la pista en modo barrilete, llevadas únicamente por el techno que vendría a ser como el viento y se deslizan bailando casi en puntas de pie entre la multitud sudada hasta llegar al frente, lo gutural (lo más gutural que se pueda) y parándose frente al dj y reciben en primera fila la misa. Otras mujeres deciden usar como alfiletero su corazón cuando intencionalmente con ganas de masticar algo se meten a cualquiera en la boca, como hacen las vacas locas se ensartan contra el primero que tenga jeens negros.

Pero en la fauna electrónica, el personaje que más me ha asombrado es sin dudas el jugador numero 10, ese amigo que esta en la movida (en todas) y haciéndose el barrilete penetra detrás del stock de bebidas y como es conocido de todos (apropósito) empieza a muletear argumentos y uno tras otro levanta un muro de chamuyo solido para salirse siempre con la suya (que al final viene a ser la nuestra). Porque estos Robin Hood de las joditas juegan para el equipo y no descansaran ni estarán tranquilos hasta que todos la estén pasando igual de bien que él, entonces (y solo entonces) podrá ponerse los lentes negros y relajarse a bailotear en la salsa con los mortales.

Hundiéndote de una trompada el esternón con los bajos, dirigiendo la orquesta o manejando el viaje de todos, el dj es el símbolo final y perfecto. Es como el cura que da la misa pero esta bendición si se siente al soltar el drop y te muestra toda su hija de putez junta cuando, si conoces un track de memoria, lo tira siempre de la forma menos esperada. Estos malabaristas de ritmos van dibujando el camino que nosotros seguimos como las ratas seguían al flautista de Hamelin. No va a parar hasta que el ultimo gil sentado se rescate de su papel lamentable de mariposa enferma que no puede volar y de una buena vez se levante y se ponga a bailar con los bajos grooveros de este arquitecto de la diversión, este director del teatro de los sueños, este hombre sagrado, aquél que de todos nosotros, siempre estuvo y estará mas cercano al Padre Techno.