Aunque ahora soy feliz de muchas
otras maneras
Todos los días tienen ese
momentito ínfimo instante mío
En el que sin querer queriendo me
saco el disfraz de valiente,
Y me hundo en nada y me ahogo en nada
y me muero por nada
Y me da lo mismo
todo.
Son momentos que varían, de a ratos
a días a meses a vidas.
Nada parece ser lo que es, nada está
en su lugar, no quiero saber nada de nada
No quiero estar con nadie no quiero
ser nadie
No quiero hacer nada me muero
por nada.
Y me da lo mismo todo.
Debe ser el castigo
de los sensibles, mortificarnos a nosotros mismos.
Al final no puedo parar de pensar y
me olvido de las cosas que pensaba importantes
Todo parece ser tan secundario que
prefiero quedarme durmiendo todo el día
Y empiezo a sentir que en realidad, hice
nada.
Y que tal vez, nunca haga nada.
Sabernos tan
insignificantes asusta y más que nada asusta saber que
Al fin y al cabo,
la única persona que puede tirarnos tan abajo
Somos nosotros
mismos.
Soy yo.
ResponderEliminarEsta buenisimo!
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