Padre Techno

Los sueños imposibles pronuncian mal el inglés

yo soy el que le robó el flow al pibito ese y al que mearon desde una estrella Pero lejos de espantarme de la lluvia dorada Abrí la boca par...

jueves, 8 de diciembre de 2016

Spoiler - Relato Fantástico


"Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña".
-Heráclito de Éfeso.


Íban con los pies un poco arrastrados por las veredas viejas, los pasos pesados o individuales, como esquivando charcos. Dejaron los saludos al viento y cada uno por su lado fue haciéndose chiquito en el horizonte, todavía quedaban unos minutos de la suave brisa mañanera, las sombras alargadas y la pura luz del amanecer, digo quedaban porque es bien sabido que hay entre 30 a 40 minutos para buscar refugio una vez que se ha cumplido el breve intervalo el sol se despereza, la ciudad arde y el asfalto cocina.
Pero eso estaba muy lejos o no era mi preocupación todavía, yo iba o venia o un poco volvía, a mi casa, de gira, tipo 8 de la mañana. Contento por haber recuperado mi pasaporte olvidado en lo de un amigo iba sin auriculares porque cero batería y cero ganas de escuchar nada, siempre termino bastante aturdido de la fiestita, ojo, no justifica mis acciones, pero en primera medida explica porque me costo tanto entender lo que un par de cuadras adelante, estaba por pasar. Entonces iba aturdido por las calles con veredas viejas y rotas, los pies un poco arrastrados, sin pensar en nada en particular pero fichando todo, de onda, pispeaba a la gente, la otra gente, los que se iban a laburar o estaban laburando, o estaban fumando cigarrillos nerviosos por rendir un final, los que no volvían de gira destruidos como yo, la otra gente. Y me parecía chistoso el contraste, yo contramano con la vida tranquilamente desfachatado gozaba sacudiendo la jaula de la opinión publica, desafinando el orden establecido. Y en la parada el bondi llego de toque, y cuando caminaba con los pasos pesados pensaba ubicarme en un asiento individual para reforzar mi postura de "no me jodan" pero por alguna fuerza que no intento comprender, fui impulsado o empujado al lado opuesto del colectivo y lo mas extraño es que conducirme de manera completamente opuesta a mi deseo me parecía lo mas natural del mundo, como si estuviera habituado a esos cambios de de ultimo momento, ni un poco sorprendido me encontré en un asiento doble. No daré mas detalles pues es ahora donde empieza lo que quería contar, lo escribo un poco para dejar de creerlo, lo escribo para que cuando lo lean se vuelva un cuento.
Adormilado por la velocidad, me despertaban cada tanto los golpecitos de mi cabeza con la ventana, en algún punto del recorrido sentí que alguien se sento alado mio, no le di importancia y seguí tratando de dormir lo mas derecho posible, cada cierto tiempo abría los ojos para comprobar que faltaba mucho para mi parada. Entonces sucedió o imagine que la persona que estaba alado mio leia algo en voz baja, casi susurrando unas lineas que yo conocía muy bien, tan bien que me despabile cuando escuche "Vamos a tirarnos nosotros al pozo de los deseos, en vez de arrojar monedas". Y note que el bondi estaba vació, con intriga y astucia fingí seguir durmiendo y aguarde un poco más, en efecto era mi poema, escrito hace solo cuatro días, como podía ser posible. Con cierto orgullo me frote los ojos adormilados y dije "Que pésimo poema". El otro soltó una risita que me dio escalofríos y respondo con mi voz, (era como mi voz en una grabación) dijo:
-Esta bien para alguien de tu edad.
Con mas miedo que intriga enfoque mis ojos en el viejo que estaba sentado junto a mi, no se si era tan viejo o estaba muy hecho pelota, no reparare en su aspecto, porque es algo trivial y secundario. Conteste:
-Si, me entretiene coquetear con la poesía, pero lo que en verdad quiero escribir son cuentos fantásticos- En este punto sobra decir que el otro y yo nos vimos y la sorpresa fue solo mía o el viejo sabia disimular muy bien, porque aprovechando el mambo del momento agregué:
-Por las dudas, las manchas en tus dedos, ¿es vitiligo?
-Si es- contesto con una sonrisa triangular- Como la de mis ojos y los tuyos- agregó.
No se si era la locura que me subía pero en ese viejo había algo que me daba escalofríos, con la intriga al palo y las ganas de exprimir esa situación me metí de lleno diciendo:
-¿Que se siente ser viejo?
Creo que se habia dado cuenta de mi incomodidad, dijo:
-No es terrible ni son días contados, es agradable de a ratos, todavía me gustan las mismas cosas, toda una vida buscando que me pasaran los eventos más extraordinarios y ahora que decidí volver a mi ciudad original, era de esperarse que ocurra algo como esto.
-¿Algo como que?- pregunte angustiado, el viejo me había caído bien pero tenia un aire como triste y familiar, era como ver mi reflejo bajo la lluvia.
-El mundo es un lugar extraño durante el crepúsculo y el alba, dicen que son como transiciones entre dos realidades, supongo que en tu vigilia dormitada terminaste sentado alado de vos mismo, es decir yo mismo, en otro espacio y tiempo. Los dos somos el mismo tipo en dos momentos distintos.
A partir de ahora mi aturdida general paso a ser un espasmo total y medio sordo le repetí tres veces "¿Qué?" al viejo, hasta que finalmente acepte como era habitual, que luchar o negar no serviría de nada, no iba a perder el tiempo en lamentos frente a una oportunidad como esta. Sin embargo, solicite una prueba física firme y contundente, como un tatuaje o una cicatriz.
El viejo se desabrocho la camisa y me mostró el corazón granada en el centro de su pecho, luego dijo que mire la fecha en mi celular. Irremediablemente sin batería no podía saber el día pero recordé que tenia mi pasaporte y lo saque. El viejo dijo que como acababa de llegar de viaje, también tenia el suyo y juntos comprobamos que las fechas de los sellos coincidían, él era yo y yo era él, ambos eramos el otro y uno solo.
-¿No queres saber de tu futuro?- pregunto, supongo que los dos pensábamos lo mismo.
-Lo mejor de mi futuro es que no lo conozco- respondí, en realidad me moría de ganas de hacerle mil preguntas pero la misma fuerza que me condujo a ese lugar preciso me dejo callado, entonces un temblor me azoto y fui presa de lo irreal de todo.
-Que raro vos citando a Galeano- dijo entre risas, nuestros tatuajes dejaban en evidencia de que fuimos o todavía eramos íntimos contemporáneos de Eduardo.
Los dos nos mentíamos o hablábamos trivialidades, sabíamos que nada podíamos decirnos al final, cualquier consejo o advertencia hubiera sido inútil, porque mi destino era ser aquel que era, fue como un apretón de manos con la nada o una pelea mano a mano contra dios.
El otro era tan distinto y tan parecido que estábamos sentados uno al lado del otro pero a dos vidas de distancia. Y en una de esas vidas nos entrelazamos y mientras duraba el amanecer y las sombras largas conversamos de todo y de nada en particular, yo lo ayude a recordar algunas cosas y el me pregunto que pretendía de mi vida, yo le dije que al final no pretendía tanto, sé que me entendió porque ya conocía mi respuesta, simplemente seguiría buscando aquello que desconozco pero me llama siempre más alto y más lejos cada día, si era necesario buscaría toda mi vida y andaría por todas partes hasta hallarlo, aunque no supiera que es, aunque nunca sepa, aunque no cambie el mundo ni salve a nadie del hambre, aunque me encuentre a mi mismo y ni eso me alcance.

Senti como un deja vu o un recuerdo, íbamos con los pies un poco arrastrados por las veredas viejas, los pasos pesados o individuales, como esquivando charcos. Dejamos los saludos al viento y cada uno por su lado fue haciéndose chiquito en el horizonte.

2 comentarios:

  1. es casi inexplicable la sonrisa y la cara de tonta que pongo cuando leo cada una de tus entradas en este blog, ojalá nunca dejes de escribir!

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  2. Un cuento digno de cortazar ,corta

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