Padre Techno

Los sueños imposibles pronuncian mal el inglés

yo soy el que le robó el flow al pibito ese y al que mearon desde una estrella Pero lejos de espantarme de la lluvia dorada Abrí la boca par...

jueves, 8 de septiembre de 2016

Cuento III: Uno por uno es negocio

Tomas junta las cartas y siente una sensación nauseabunda subiéndole por la garganta. Es como una erupción del momento que viene sucediendo, se levantan los mosquitos y las chicharras ensordecen, los perros hace casi dos horas que están escondidos bajo el catre; adelantados no quieren saber nada con la lúgubre presciencia que recoge las cartas a medida que Tomas termina de dar.
-Envido - canta la muerte. 
El chuso hecha una mirada a su mano, la primera es un tres de copa, después la desliza hacia abajo y ve una sola raya. "Oro" piensa, y la última carta es de basto. Entonces siente en carne propia como se le escapa el tanto perdido y se imagina contra las cuerdas abrumado por los bichos que rondan sus oídos. Piensa en Francisco y en su bisnieto, en las ganas de alzarlo a upa una única vez. Se siente viejo y casi tan mal sabor tiene ser consciente de estar alejándose de la orilla de los vivos con los dos pies en la canoa del barquero, como estar perdiendo. Contesta:
-No hay para tu cocido.
6 - 3  
La muerte, confiada, juega un seis de oro.
Tomas piensa "Se regaló" y aprovechando la nueva brecha abierta con la imagen de Francisco en los parpados, siente juntarse el corazón con las manos y lo ata con tripas a la jugada que ya pensó. 
Mata con un siete de basto. Callado, juega el tres de copa, apurando un poco.
-Mmm... Sos jodido.- La muerte deja caer como guadañazo seco en el centro de la mesita color caoba el ancho de espadas.
El chuso sabe que jugo bien, y sin impresionarse ni un poco; todo lo contrario, viendo la eficacia de su estrategia se desdobla de risa. Sus carcajadas son burlonas y prolongadas cuando espera la última carta. 
La muerte molesta juega un doce de oro.
Y en este momento Tomas entiende que la muerte canto envido con veintiséis, y también la siente arrugada, esta es la oportunidad y sin dejar de mostrarle la sonrisa triangular con una leve inclinación de la postura. Le grita en la cara:
-¡Pero con el truco te convido!
Mirando fijo su rey de oro, no se anima y se consuela respondiendo:
-No se quiere... Remá.

6 - 4 en favor de la muerte  

  
Un chajá canta cerca avisando que el duelo va llegando al momento culminante. Don Tomas no posa sus ojos en nada en particular, pero su mente es la que hace el trabajo duro cuando repasa uno a uno todos los detalles de esta y todas las manos jugadas. Sabe que la muerte esta confiada con el envido y que después que termine de repartir las cartas y sea su turno, indudablemente va a cantarle la falta; y ya no importara nada más. Sabe que va a jugarse la Falta, lo sabe y no puede permitirlo. "Voy a tener que cantar yo nomás" piensa Tomas, piensa El Chuso, piensan los dos y piensa uno. Tomas quiere y El chuso sabe que tiene, y se anima, se re contra anima, mejor todavía, se muere de ganas. La muerte ya termino de repartir, los tres naipes yacen boca abajo, mostrando al cielo sus espaldas vino tinto en la mesita que se bambolea.
Don Tomas De Quinciana, alías El Chuso con un golpe seco pero calmado que silencia todo por un segundo en donde solo existió su mano cayendo sobre el lomo de las tres cartas hace de alguna manera que el universo le preste atención cuando sonriente dice:
-Falta Envido y Truco

Piensa si le cree no lo cree, es obvio que miente. Pero ningún pelo se le mueve a Don Tomas y la muerte siente un escalofrió muy humano trepándole la espalda. Orejea y ojea sus cartas, siente como se desenrosca el elástico que ataba la tensión del juego, sabe que con su respuesta todo habrá empezado a terminar.
-Quiero todo.


Tomas, recién ahora se digna a levantar las cartas que le fueron repartidas por decreto del azar, él sabe que en este juego y en la vida, una idea como el azar no tiene lugar; sabe que al final "en la cancha se nota". Piensa en las veces que ensayo Tiburcio esta jugada contra él, lo siente tan cercano en sus recuerdos que es como si juntos alzaran los naipes. Los acomoda y suave los desliza hacia abajo. "Uno por uno es negocio" se decían entre risas y se iban al mazo para probar suerte en la próxima mano, pero esta vez no hay próxima mano. El chuso rememora a Tibur diciéndole: "Si es negocio, pero es de cagón". 


Mira y tiene otra vez el tres de copa que deja asomar tres rayitas de lo que sea que sigue, "espada" piensa y sin prolongar más la espera mira su mano completa y se ríe cuando dice:
-Veinticuatro.
La muerte no quiere perder un tanto así de barato. Se consuela ahora pudiendo dilucidar la mano de El chuso, "si canto veinticuatro puede tener..."
-Son buenos- contesta, y agarrando confianza de nuevo, se pregona para la contraofensiva de lo que Tomas tire.
6 - 5
El chuso ríe por su buena estrella y juega el tres de copa.
Aprovechando, la muerte aplasta con el siete de oro. 
Y en ese momento la realidad se agrieta bajo el peso de los naipes cuando agresiva y fría, la muerte juega un dos de basto mientras eufórica reclama:
-¡Quiero re truco!
Este estallido no inquieta en lo más mínimo a El chuso, que disfrutando el éxtasis de un momento único como este:
-Quiero vale cuatro.
-¡Quiero!
Tomas tira un tres de espadas.
Y la muerte entiende todo. Por primera vez se siente morir porque lo entiende todo. Sabe que iba ganando y que le dieron vuelta el partido, y se siente un poco tonta por no haber resuelto que ya había perdido desde que Tomas canto sus tantos.
La muerte juega un rey de espadas, "rey rojo nunca pierde", no es su turno pero no le importa, quiere esperar el batacazo final plantada en el campo, quiere mirar a su derrota a la cara y morir de pie.
A Tomas se le aflojan todos los músculos del cuerpo  y ahora puede mirar al vació, los vacíos ojos de la muerte, los mira bien para no olvidarse nada. Siente el atardecer y piensa que solo han pasado tres minutos desde que empezaron a jugar. Solo entonces sabe que va a poder conocer a su bisnieto, lo sabe cuándo deja caer su última carta sobre todas las demás, concluyendo todo.
-Veinticuatro en mesa.

6 - 7 a favor de Tomas




1 comentario:

  1. "Y la muerte siente un escalofrío muy humano trepándole la espalda". Genial!!

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