Padre Techno

Los sueños imposibles pronuncian mal el inglés

yo soy el que le robó el flow al pibito ese y al que mearon desde una estrella Pero lejos de espantarme de la lluvia dorada Abrí la boca par...

martes, 4 de octubre de 2016

Hacha y tiza

La noche se llenaba de vientos sigilosos que refrescaban la ciudad donde solo se escuchaba el zumbido de los aires acondicionados que velaban por el sueño de los bellos durmientes. Una nube de polvo se levantaba irritando la vista mientras la calma nocturna es reemplazada por gritos de batalla, y el paisaje abre el rectángulo de barro y tierra, cancha hecha a patadas y arcos de madera con remeras colgando. Un deseo fugaz se arrebata la noche, las ganas lo son todo y el honor esta al servicio del momento.
Dos equipos, en cuero y remeras se debaten en el único horario en que todos pueden asistir, recibiendo la primera hora del nuevo día con la pupila llena de pelota rasgada y pesada. Hoy el barrio tiene un espectáculo privado al que acuden solo los mas fieles borrachos y malentretenidos. Mientras la ciudad duerme los aliados de la luna se sienten estrellas cuando dejan la vida en cada jugada dividida. El sudor hace brillar el cuero de los pibes cuando corren por la banda lateral cuyo limite es una zanja larga como la cancha, nadie titubea si hay que meterse a buscar pelota. Algunos corren descalzos por el suelo cubierto de piedras, eso si, no hay ningún vidrio porque todos saben que de día juegan los chicos. Tinto hace de técnico de los encuerados, se rasca la barba y murmura unas cosas a la pasada, encara a un pibito que en cuclillas mira atento y pregunta cuanto van, "1 a 1" responde el pibito. Tinto hace una mueca rara y como agradecimiento lo manda a comprarle un pico de loro a lo de doña Ester en la esquina; con la costumbre de hacer mandados como habito el pibe va y viene en un pique sin perderse el partido, que llegando al final de hora se pone picante. "Hacha y tiza" grita Tinto mientras sacude su vino en caja, de un trago se baja la mitad y se hecha en un pedazo de cordón que sirve de asiento. Adentro es otra cosa, nadie le da ni cinco de bola al borracho porque todos saben que los de afuera son de palo. Ojota con alambre viene subiendo por la derecha, con este ya va dejando a tres pintados en el camino y con su remera como bandera enredada en su mano izquierda empieza a pisar un poco la pelota a medida que levanta la cabeza, se esta arrinconando pero el pase es el ultimo recurso del gambeteador. Como vaca ciega que se choca contra el alambrado, se hambrea y termina encerrado entre dos, lateral y los de remera vuelven a sacar. Ojota con alambre baja caminando, las puteadas de sus compañeros son como nafta para su fuego interno, se relame los labios y con su remera se limpia el sudor de los ojos.
Los gritos histéricos en lenguas primitivas llenan el espacio entre jugada y jugada, toque y toque la pelota rueda dando saltitos en las piedras que ennoblecen el terreno, ahora los de remera tienen la jugada, saben que es por el cajón y cuando El negro se desmarca tiene la posición ideal para echar uno de sus famosos centros, zurdo de nacimiento y con la derecha solo para arrancar la 110 amaga para un lado pisa para el otro y desparrama tipos en cuero cuando le pega tres dedos y manda el centro. En el área a codazos se disputan el mejor lugar, la pelota ya esta en el aire y los segundos antes de caiga se estiran como chicles, Escarbadientes juega de central solo porque mide como 2 mt o eso es lo que siempre dicen todos, se siente dueño del área chica y tiene un radar en la nariz para saber donde va a caer el centro, se adelanta y como cuando jugaba al basquet en frondizi, salta con las dos piernas y rechaza a pura polenta regando de sudor la cancha."Que no pique" grita alguien, nadie escucha, todos saben que la pelota muere cuando toca cualquier parte del cuerpo de Ojota con alambre, en especial el pecho, la mata y gira en un solo pie, tiene más de 50 metros delante de puro campo e infla al máximo sus pulmones cuando encara a los dos defensores que retroceden de frente a él. Como si fueran agua, Ojota los atraviesa y hace que se enreden en sus propias piernas, ahora esta mano a mano con el arquero que sale un poco y espera espera y espera. A Emi siempre lo mandaron al arco por gordo pero mal que mal se manejo hasta que fue bueno, ahora con la confianza de ser el capitan de los de remera y más aun, como dueño de la pelota se prepara para su duelo personal. Ojota no amena la velocidad y la lleva cocida a su pie cuando siente en los huesos, esos que no se ven en las radiografías que es el momento y súbitamente pero con extrema delicadeza entierra su pie en la arena sagrada de la cancha para picar la pelota que empieza a subir como flotando por encima de Emi que hipnotizado la ve girar sobre su cabeza y piensa en lo bonita que se ve con las estrellas del cielo. La visión se rompe cuando cae en cuenta de que le estan por hacer el gol de la fecha asi que frenético retrocede y como es largo el bicho en tres zancadas ya esta en el área chica corriendo se tira de palomita alcanzando a tocar la pelota con sus dedos largos como él y la desvía por encima del travesaño. Después de un silencio con la calma del universo todo el mundo grita algo y el aire se congestiona de puteadas y santos.

El equipo que espera afuera mete caño y grita que ya paso la hora, reclaman sangre o penales. Nadie se achica ni un milimetro y el solo hecho de pensar en definirlo con los penales hace que hasta el mas cansado se infle el pecho y pida la pelota, cada equipo se reune en su lado de la cancha, los encuerados hablan sin carpa: 
"Pateo yo" dice Ojota con Alambre. Nadie se opone, el beneficio de ser el mejor de tu equipo. 
"Bueno y despues pateo yo" dice Escarbadiente, conocido por su politica de fuerte al medio.
"¿Como te sentis para atajar?" pregunta Matungo al arquero de los torso desnudo.
"Requete" responde El pato, famoso por atajar cuatro penales de seguido una tarde, se habia ganado ese sobrenombre para toda la vida.
En el extremo opuesto, los de remera hablaban entre exaltaciones y bocanadas:
"¿Como estas para patear?" Pregunta Emi a El negro.
"Si estoy bien, voy primero y lo cocino" Responde altaneramente el negro, conocido por su fantasia en la cabeza y por tirar rabonas exageradas. 
"Pateo yo despues" dice Gori, el cinco tapon de los de remera
"No vamos a llegar al segundo penal" dicen al mismo tiempo Emi y El negro, ambos lideres a su manera estaban seguro que en la primera ronda este partido se termina.
La luna se asoma para ver el espectaculo de los mortales y se muerde los labios de nervios, hasta los astros hacen sus apuestas y los dioses toman bandos. Las bendiciones son dichas, Tinto abre su cuarta caja de pico de loro y el pibito no tiene mas uñas que comer.

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